EL ECO DEL SILENCIO

jueves, 29 de diciembre de 2016

CUATRO EXTRANJEROS EN LA BARCELONA ROJA

Aunque España siempre ha atraído la atención de los eruditos extranjeros desde los románticos aventureros del S. XVIII, fue durante el convulso período que va de proclamación de la segunda República al triunfo del frentepopulista en el '36 y la posterior guerra, cuando un buen número de observadores de diferentes paises; periodistas, fotógrafos, escritores, antropólogos o sociólogos, generalmente de izquierdas, se dedicaron desde el terreno a escribir sus impresiones.

En mi opinión los cuatro más destacados y cuyos trabajos respectivos son los más correctos e inquisitivos fueron H. E. Kaminski, George Orwell, Franz Borkenau y Burnett Bolloten.
Todos tienen varias cosas en común (al margen de lo obvio: su obra al respecto) los cuatro estaban en España al inicio de la contienda y sus descripciones del furor revolucionario en Cataluña son deslumbrantes. El más conocido y citado sin duda es el bucólico y potente pasaje de Orwel "Por primera vez en mi vida me encontraba en una ciudad en la que la clase trabajadora llevaba las riendas, todos los edificios estaban en manos del proletariado y cubiertos con banderas rojas o rojinegras los templos habían sido destruidos o incautados, [...] camareros y clientes se miraban por primera vez a la cara como iguales, las formas serviles habían desaparecido, nadie decía 'Usted', 'don' o 'señor', todos se trataban de 'tú'' y decían 'Salud' [...]", no menos interesante es la observación de Kaminski en Los de Barcelona, "[...] En todas las casas, en todas las paredes, en todas las vestimentas, en los coches y vagones, en cualquier sitio se ven frases y dibujos alusivos a la lucha contra el fascismo [...] esta propaganda no se ve organizada ni artificial, no procede de ningún 'ministerio', surge del fondo del alma del pueblo [...]"; por su parte en su Reñidero español, Borkenau, mucho más analista y calculador (en 1929 se fue del Partido Comunista Alemán, KPD ante la deriva ideológica estalinista) escribe: "[...] Talleres y fábricas socializados, ausencia de policia, sacas y ejecuciones sumarias, el pueblo armado por las calles ... ¿Acaso no es eso a lo que se llama 'revolución'? [...] los comunistas desde el primer día tras la victoria comenzaron a plantear demandas económicas, tales como pensiones para las viudas de los caídos en la combate, los anarquistas por el contrario no dijeron una sóla palabra acerca de jornales, salarios, pensiones u horas de trabajo, argumentan que todo sacrificio ha de estar supeditado a la Revolución sin esperar recompensa [...]". Sobre este asunto profunizo Bolloten ya en su primera versión de El gran engaño, desde una perspectiva más amplia  apunta ya en el principio lo que será su leiv motiv: "A pesar de que el estallido de la guerra fue seguido de una amplia Revolución social en el bando antifranquista -en muchos aspectos ms profunda que la soviética en sus inicios- millones de personas fuera de españa fueron mantenidas en la más completa ignorancia, gracias a una política de duplicidad y engaño sin parangón en la historia"

Entre los textos de los cuatro se puede ir trazando una excelente composición de lugar sobre lo que fueron los primeros momentos y cómo llegaron a muchas conclusiones que las que los mismísimos sucesivos gabinetes ministeriales republicanos jamás demostraron atisbar siquiera..
Homenaje a Catalunya de Orwell es, de los cuatro, el más famoso gracias al reconocimiento por sus numerosos ensayos y obras divulgativas como1984 o Rebelión en la granja. Orwell vino a España a "matar fascistas porque alguien tiene que hacerlo", fue de los pocos que tuvo la agudeza de ver como nuestra guerra no sería más que el preludio de una guerra mundial contra los fascismos, llegó con las brigadas internacionales gracias a los auspicios del Partido Laborista británico (pese a no estar afiliado) y fue asignado al POUM, aunque tiempo después declararía que de haber conocido mejor entonces la situación política española se habría unido como miliciano con la CNT. El éxito del libro revivió el interés por los citados sucesos de mayo en los que, bajo una capaña emprendida por un recién creado PSUC, llegaría el imperio de terror de la GPU (Administración Política del estado, policía secreta soviética luego conocida por NVDK) durante esas cainitas jornadas el POUM fue físicamente eliminado y su líder Andreu Nin secuestrado, torturado y asesinado por 'técnicos' rusos como Gëro y la comnivencia de destacados miembros del gobierno, como el jefe de la aviación Hidalgo de Cisneros, en cuyo chalet se realizó el crimen. Por su lado la CNT, cuyo comportamiento durante la lucha fue fuente de escisiones y controversia, también perdió gran parte de su hegemonía y credibilidad en este conflicto; se vio en una de las más duras disyuntivas de su historia y mayor fuente de conflicto aún hoy entre la familia libertaria.

La obra de Bolloten, por suerte, está siendo cada vez más integrada en la bibliografía sobre la guerra de cualquier ámbito, al fin ya es inexcusable tras décadas en la sombra, injustamente calificada de filo franquista por aquellos cuya 'historia particular' se veía claramente comprometida con su arrollador despliegue de datos, visión por cierto totalmente sesgada: pocos autores han dedicado una vida al estudio de la obra del gobierno de la segunda República, pero esto parecía importar poco a los autores universitarios marxistas (aunque sólo lo sean en el ámbito metodológico) Pero el inmenso trabajo de Bolloten no es sólo pirotécnia documental: vivió el estallido del conflicto mientras trabajaba como corresponsal de Associated Press y fue testigo de aquel julio en la Barcelona revolucionaria, lo que le aporta un plus de verosimilitud a su incansable lucha vital por desarrollar más y más su libro que pasó de 400 páginas a casi 1.300 en la última edición de 2015, con una ampliación bibliográfica que la convierte en la más completa sobre el tema: 76 páginas con unos 600 libros, documentos y entrevistas. El gran engaño llegó a España por primera vez en 1964 en una edición que el falangista Luis de Caralt retradujó y manipuló al gusto del Movimiento, lo prologó de modo insulso y retorcido Manuel Fraga, a punto de ser nominado como ministro de Información y fue usado (como lo fueron las memorias de Adolfo Bueso, Olaya Morales o Abad de Santillán) como ariete moral en los embites contra el PCE (ávido de entrar en las instituciones) en unos momentos en que el régimen hacía aguas por doquier. Aunque tampoco podemos obviar que en la cúpula de aquél partido se encontraban algunos de los principales objetivos de los dardos bollotianos como Dolores Ibarruri y Santiago Carrillo, dirigentes del PCE y JSU en aquellos años, por tanto cómplices de toda la política seguidista, represiva y antirrevolucionaria que se llevó a cabo.
Tras las acciones legales emprendidaspor el representante de Bolloten, Caralt retiró el prólogo aunque el daño estaba hecho y en plena psicosis de la guerra fría aquella portada sensacionalista pasó a formar parte del imaginario común del españolito catequizado medio.
El gran engaño fue su meta, siguió trabajando en él toda su vida, acumulando una correspondencia impresionante con los principales personajes, de Tarradellas a García Oliver pasando por el general Miaja y conocido como el 'Cuestionario Bolloten', tal vez el documento más recurrente para cualquier estudioso. Hoy, cerca de un millón de microfilms, libros, revistas, folletos y cajas de documentos alimentan la Hoover Institution de Stanford. Y no hay un sólo texto reseñable actual que no lo incluya en su apéndice bibliográfico.

La aventura de Borkenau es muy diferente aunque sus clarividentes dotes investigadoras anticipan la catástrofe ya en 1936 y no me refiero a perder la guerra sino la unidad antifascista. Supo ver que los comunistas no estaban cumpliendo con su papel de vanguardia y referente obrero, sino que aliándose con la burguesía y los pequeños propietarios, se dedicó concienzudamente a destruir la obra colectizadora y demás logros libertarios. Más allá de esta imprescindible admonición alcanzó a atisbar una idea que sólo ahora está calando entre las nuevas hornadas de investigadores particularmente en Cataluña, escribió que "existe un actor mucho más importante que cualquier líder de las facciones; el pueblo español [...]", lo que se puede traducir en la práctica por el estudio de la historia desde abajo, el método más digno del oficio ya que conjuga la memoria oral con la técnica universitaria.
Borkenau llegó a España pensando en una lucha de la derecha contra la izquierda, su capacidad de observación le confirmó que arrastraba taras de su educación europea, vio que la guerra española no se parecía nada a la idea de "guerra" que le habían inculcado, comprendió que, a diferencia del resto de Europa, los partidos políticos españoles no tenían equivalentes fuera, que éste era un conflicto atípico, observó cómo la tramoya-motor tras la situación española no tenía nada que ver con Europa. Rompió con el estereotipo clásico del periodista extranjero y, como Orwell, supo amoldarse a las características del país y apreciar desde otro ángulo el desarrollo de los acontecimientos.
En el prólogo a la primera edición escribió "Naturalmente que desde el punto de vista militar habrá un vencedor y, finalmente, un vencido, pero desde el prisma político, todos sin excepció serán derrotados"

Quiero destacar su extraordinaria valoración de la eclosión revolucionaria y en eso los cuatro son testigos de excepción, con una aguda e insobornable capacidad de análisis y cuya empatía con aquel pueblo libre, sin gobierno y dueño de la calle proporciona un ángulo diferente de el oficialismo académico que durante décadas se dedicó a estudiar sólamente las intrarelacciones del poder político o militar e incluso algunos con especial empeño en poner al gobierno leal en la misma balanza que al bando de militares sublevados teledirigidos por el pujante fascismo foráneo, el caciquismo patrio y la santa madre iglesia, como hicieron (y hacen) los Gabriel Jackson o Stanley G. Payne, este último actualmente en las FAES de Aznar, a propósito.

martes, 20 de diciembre de 2016

Miscelánea de julio del '36

En julio de 1936 se consolidó la hegemonía de las tendencias anarcosindicalistas en Cataluña, la atomización del poder se convirtió en santo y seña de la situación, una prueba de lo frágil de la unión antifascista del endeble Frente Popular.
En Madrid, aún capital física del país, se sucedían las filibusterías políticas, volaban los cuchillos dialécticos (que siempre acababan clavados en los corazones proletarios), los cambios y estrategias ministeriales se sucedían, en medio de una inacción pasmosa, ante la mirada expectante de toda Europa, aterrada ante la idea de la extensión del conflicto a todo el continente. De remate Manuel Azaña se autoexiliaba en Barcelona (sin duda para tener la frontera más cerca…), desde donde se dedicó a la escritura dejando sus deberes políticos en manos de sus ministros, ministrables y palmeros que esperaban su turno para hacerse con la poltrona.
La situación política se convirtió en una mera fachada de formalidad institucional ante las potencias extranjeras, sin embargo desde las sombras de la misma República se estaba fraguando un elaborado plan para hacerse con el país a todos los niveles; el envenenado ambiente entre los ministros ‘antifascistas’, pignorado o celebrado con coplas y caricaturas por los diarios de oposición, eran la simiente de lo que sucedió después. Prieto lanzaba frases demoledoras sobre Azaña; cuenta Hidalgo de Cisneros en sus ‘peculiares’ memorias (1) cómo éste le calificó de “putilla llorona histérica”… mientras tanto Largo Caballero, iluminado por sus recientes lecturas de Karl Marx durante su estancia en la cárcel y aupado al título de “Lenin español” por quienes después lo defenestrarían, daba un paso al frente y creaba un insólito gabinete con dos ministros de la FAI; Juan García Oliver y Federica Montseny y Juan López y Juan Peiró por la CNT entre la aquiescencia del Comité central y la incredulidad del purismo y buena parte de la militancia, rompiendo así con una tradición antiestatista de 70 años, gracias a los esfuerzos denodados y labor de zapa de Horacio Prieto (2), auténtica ‘fábrica de burócratas libertarios’, como le definió magistralmente Bolloten.
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Por otro lado, y esto es vital para entender el desarrollo de la guerra, Largo Caballero dio entrada a Jesús Hernández y Vicente Uribe en nombre del PCE, ambos protagonistas en carne del desmoronamiento del Frente Popular, años más tarde el primero confirmaría acerca de su entrada en el gobierno “el comité central [Moscú] nos instó a entrar para forzar los antagonismos entre los poderosos cenetistas, con el fin de arrimar el ascua a nuestra sardina; nos apoyábamos en éste para luchar contra aquél, mañana cambiábamos los papeles dando el apoyo a la inversa […] y hoy, mañana y siempre empujamos a unos contra otros para tratar de que se destrozaran entre sí” (3). Pero para hablar de ese tercer pie de la guerra, el seguidismo de políticas pergeñadas para el beneficio de unas siglas u otro país, es necesario incidir en la anécdota más que en el tan manido plano general. Y, desde el punto de vista de la historiografía ‘oficial’, la anécdota parece ser lo relacionado con la CNT.
Soy firme partidario de dejar constancia, antes de cualquier inicio de relato de los hechos, que en absoluto podemos ni debemos hablar de una guerra “civil”; cuando un bando cuenta con la plana mayor del ejército, el apoyo incondicional de los grandes terratenientes y caciques, de la burguesía y del clero, mientras en el otro se encuentra un gobierno noqueado y comatoso junto a un pueblo secularmente castigado, maltratado y hastiado hasta la médula, podemos hablar con toda justicia, derecho y propiedad de Guerra Social e incluso Revolución con mayúsculas, sin riesgo de cometer panfletismo o propaganda.
La bibliografía sobre el tema hasta bien entrado el siglo XXI está plagada de errores básicos (fechas, nombres, lugares, etcétera), por desidia y adrede en muchos casos por interés personal; otros metodológicos que bordean la ‘ficción literaria’, creados ad hoc, tratando de minimizar, obviar e incluso negar lo que realmente sucedió aquellas jornadas. La épica y la hagiografía fácil también ha hecho mella en esta historia de lucha barrio a barrio, de increíble solidaridad y de barricadas; García Oliver, uno de los “líderes” cenetistas más activos (tanto en los palcos como en las calles), había ascendido a los altares libertarios, gracias a su poderosa presencia durante aquel ‘corto verano de la anarquía’ en que tantos mitos nacieron  para el obrerismo español; pero su verdadera contribución en la victoria de julio venía de mucho antes, de su famosa ‘Gimnasia revolucionaria’, tantas veces acusada de germen soterrado de la guerra por los republicanos, o de inutilidad palmaria por el sector más moderado y los ‘treintistas’, fue lo que salvó Barcelona y Cataluña durante el alzamiento e incluso después; esa efervescencia revolucionaria tuvo su misión más allá del 19 de julio; a pesar del desbarajuste de los milicianos por su nula instrucción, la carencia de armas por la negativa gubernamental a armar a los obreros (cuando no se entregaron inútiles, obsoletas o descerrajadas), consiguió acorralar a las tropas en sus cuarteles y, en un continuo y arrollador despliegue de orgullo más que de cabeza, llegaron a someter las tropas de Goded e incluso realizar a un histórico y generoso acuerdo con la Generalitat de Companys, mediante el cual renunciaban a tomar el poder que, de facto, tenían ya, demostrando como mínimo una hábil capacidad de hombres de Estado, curiosamente en unos anarquistas.
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Volviendo a Azaña, que antes de las elecciones había exclamado aquello de “no sé si temo más la derrota que la victoria” y cuyo ejercicio comenzada la contienda se relegó al papel de escritor y cronista de palacio y alcurnia, desde el principio mostró un desdén hacia la guerra y todo lo que ésta significaba de violencia y cambio social, ‘gran presidente para la paz…’, se decía, lo malo es que España estaba en el ojo del huracán del teatro de operaciones del fascismo mundial, ya antes de las elecciones del ’36 dejó claro su papel diletante y enemigo de todo aquello que oliese a turbas enfurecidas y organizadas… esta indolencia perjudicó de modo incalculable el desarrollo ulterior del conflicto. La prueba fue que allí donde triunfó el golpe militar se debió más a la imperdonable inocencia de los mandatarios, mayoritariamente socialistas y republicanos, cuya confianza en unos mandos ya sublevados rozaba lo insólito, que de la propia acción de unas tropas de regulares y quintos ebrios de fanatismo, entre los que había muchos que creían estar defendiendo a la República frente a las ‘hordas comunistas’; en un pasaje de su extraordinario libro sobre su estancia en España en esos días, George Orwell (4) recrea una escena de guerra en que en ambas trincheras ondeaba la bandera tricolor; tengamos en cuenta la época, el extendido analfabetismo, la catequización dentro del ejército y que una parte enorme de este consistía en quintos reclamados desde cualquier punto de la península y podremos hacernos de una idea de quiénes eran el grueso del ‘enemigo’; una prueba irrefutable es el número de desertores de uno y otro bando, la comparación es tan sintomática que los mismos mandos fascistas dedicaron una gran parte de sus esfuerzos en una labor de propaganda y proselitismo sin precedentes, lección aprendida de Goebbels, auténtico maestro de la publicidad cuya cátedra sigue asentada hoy en la política actual, de ahí que considere inexcusable el conocer los hechos eclipsados por la historia para evitar caer en esos errores en la sociedad actual, plagada de paralelismos con aquella...
Azaña, Largo y Negrín serán apeados pues de esta historia nada oficial, su sitio y honores serán para los verdaderos amos de la calle aquellos días; el anónimo proletariado en armas.
El 20 de julio se inició una de las más grandes epopeyas surgidas desde el corazón del pueblo en la Europa del siglo XX, todo un país quedó descabezado y sin gobierno por primera vez pero, al tiempo, se marcaba su destino, su fin… aunque justamente en lo inevitable de su caída, en su propia imposibilidad de ser reside la belleza de las utopías.
Los libertarios han perdido ya dos guerras; una contra el fascismo y otra contra la Historia, tratemos de que ganen al menos la del recuerdo.
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(Continuará)

Más info en: serhistorico.net
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Para ampliar información

Artículo de Chris Ealham en Diagonal  Contar bien la Revolución de Barcelona

Citas

1- Cisneros, Hidalgo de. Cambio de rumbo. Madrid 1996
2- Lorenzo, César M. Los anarquistas españoles y el poder (1868-1969) París 1970 Ruedo Ibérico [El autor era hijo de Horacio Prieto]
3– Hernández, J. Yo fui un ministro de Stalin. México 1953
4- Orwell, G. Homenaje a Catalunya. Madrid 2011

jueves, 1 de diciembre de 2016

MÜNTZENBERG, EL FACTOTUM

Por entre las grietas de este barranco de asco, polvo y huesos que es la historia pululan personajes, no ya secundarios, algunos totalmente fuera de encuadre a pesar de copar buena parte del peso del guión.
Willi Müntzenberg es uno de los personajes esenciales de nuestra guerra y podría pasar por ser el más ignorado en su relación con ella, a pesar de su importante influjo.

Alemán, hijo de proletarios y con una consistente educación fundó en 1919 el Partido comunista alemán, el mismo año que se creó la Komintern (IC) con la finalidad de exportar la Revolución rusa mediante la creación, formación y sustento de los partidos satélite en cada país.
Fue Trotsky quien se fijó en las habilidades de Willi y vio las posibilidades para el objetivo de la IC en su idea de seducir a los simpatizantes no-comunistas y especialmente los líderes culturales, creó así un innovador tipo de organización política: el frente disfrazado y encontró a un nuevo y numeroso aliado para la causa revolucionaria : el pequeño burgués liberal necesitado de estabilidad social en una época tremendamente convulsa, sobre todo en Europa.

Müntzenberg comprendió que debían evitar parecer puramente comunistas para no poner en riesgo la preciada captación de aquellos intelectuales que se jactaban de su independencia ideológica ya que, justo eso, les otorgaba la potestad necesaria para influir en la opinión pública o, directamente, crearla.

El éxito fué inmediato, las tendencias filo- (y cripto) comunistas se propagaron por todo el globo; dos botones de muestra: sólo en Japón controlaba cerca de 20 publicaciones y en Alemania, sus tiradas eran colosales; el Arbeiter Illustrierte Zeitung llegó en el '29 al millón de ejemplares, siendo la alternativa de izquierdas a Life.
El trust de Müntzenberg se ocupó también de financiar el cine y teatro ruso, introduciendo en occidente a Einsestein o Podorkin.

De repente el imperio de Willi se convirtió en la mayor agencia agit-prop del mundo, creo la Ayuda Internacional Obrera, de proporciones gigantescas, gestionando un número inmenso de partidos comunistas en todo el globo, miles de escritores, médicos, abogados, pintores o periodistas se entregaron a la misión de hacer de altavoces 'revolucionarios', tamizando y dulcificando las consignas de Stalin.

En la turbulenta España de los años veinte hubo una tímida pero paulatina penetración de su influencia entre los intelectuales españoles, se crearon sucursales como La Asociación de Amigos de Rusia que trabajó con profusión en granjearse simpatías de esos creadores de opinión como Valle-Inclán, Marañón o Unamuno, inútilmente pero con muchas ínfulas.

La década siguiente fué la más fructífera para el trust Müntzenberg; la guerra de España fue su tabla de salvación. Tras el 36° congreso del PCC, en el que se procesó y ejecutó a varios héroes del lenninismo, entre ellos muchos de los retornados colaboradores de Willi aquí, no se sabe exactamente cómo pero se zafó del gulag y, en una jugada magistral, consiguió convencer a Stalin de que para implantar su política aquí era imprescindible su conglomerado propagandístico. Aunque ya se había optado por apoyar la República, se decidió que esta ayuda no sería nada ostentosa; se necesitaban dinero, armas y hombres pero Stalin no concedió crédito, las armas se pagarían por adelantado, en cuanto a los hombres, no habría tropas sino técnicos, especialistas y comisarios políticos.

Müntzenberg tuvo la visión necesaria para realizar la gigantesca operación de conseguir que un Partido Comunista con graves escisiones y casi inexistente años antes (*) se convirtiese tras el conflicto y ante la Historia, en el gran (y según quién "único") luchador por la libertad.


Cuentan Koestler Kolstov en sus memorias de esos días cómo les exigían mayor crudeza en sus crónicas, que describiesen las matanzas fascistas exagerando su crueldad y violencia para concienciar y amedrentar a los lectores de las potencias, que ocultasen y negasen la existencia de una Revolución Social en buena parte del territorio leal por el puro interés de Moscú...

Creó, en fin, una inmensa farsa-cortina (ese Gran Engaño bollotiano) sobre la guerra, sus causas, sus gentes... la gran captación de "inocentes" para la causa del estalinismo hunde sus raices en la obra de este factotum del comunismo.



* Si sería así que Primo de Rivera ni se molestó en ilegalizarlo.

📚
No aporto la bibliografía de costumbre por una razon; la lista sería interminable, este post ha sido reescrito sobre un manuscrito de hace casi 5 años fruto de trabajo sobre multitud de textos de todo pelaje.


No obstante véase:

-Mañá, García, Monferrer y Esteve, "La voz de los náufragos. La narrativa republicana (1936-39)" Eds. la Torre 1999
-Koch, S. "El fin de la inocencia. Willi Müntzenberg y la seducción de intelectuales" Tusquets 1997 

...y las citadas memorias de Arthur Koestler y  Mijail Kolstov


lunes, 28 de noviembre de 2016

TINTA ROJINEGRA (y 2)

Quisiera apuntar algunos datos que complementan y reconducen, bibliográficamente hablando, lo anteriormente dicho.

A pesar de lo que se pueda pensar, lo peor de la investigación en la Historia social de este país no es tragarse los ladrillos de los hagiógrafos patrios del régimen, como el 'ciudadano' Girauta y su infumable defensa económica del franquismo, los "flyers" publicitarios de de Pío Móa, por no hablar de Jiménez LoSantos (ex-Bandera Roja!) y tantos renegados e indocumentados más... ad nauseam.
En ese tipo de investigación no hay nada que pueda justificar ese nombre; sus métodos consisten en buscar las citas o reseñas necesarias que apoyen la conclusión que previamente habían preparado; el truco de 'fabricar historia", el único medio digno de tratar este complejo tema es justo al contrario, incluso da valor que el autor se vea sorprendido por nuevos datos y tenga que replantearse nuevos derroteros ya que denota interés y prima el dar legitimidad a las denostadas fuentes orales a veces teniendo que cambiar los planteamientos previos.

El resto es 'propaganda' (tal y como la definió Goebbels)

En la trinchera de enfrente y escorado hacia los de siempre está el ingente trabajo del equipo de Ángel Viñas (1) que trata de desmontar tamañas butades y despropósitos, aún a base de defender a ultranza a una idílica (en sus cabezas, al menos) II República, busca sin rubor encumbrar al "altar de la democracia" al negrinismo olvidando quién era y lo que sus días de mandato significaron para la causa del antifascismo, defiende al mismo Negrín que, en su atropellada huida a Francia, ordenó al chofer apartar a empellones al coche de Diego Martínez Barrio, parado a pocos kmts. de la frontera hasta sacarlo de la carretera (2), el Negrín de las comidas pantagruélicas y las habituales fiestas con "señoritas de compañia" en París durante la guerra, el de el trapicheo con el inmenso caudal de oro, el que impelía al pueblo español a "no rendirse y luchar hasta la muerte" cuando él llevaba tiempo a salvo y tan ricamente en el exilio. Aunque lo mismo podría aplicarse a la cúpula de un PCE descabezado y con la militancia abandonando en masa el partido; tanto la Pasionaria, Uribe o Hernández, etc...  que escapaban semanas antes de la caída de Madrid en un vuelo privado mientras se fraguaba la tragedia en el puerto de Alicante (3), se dedicaron desde sus cómodos exílios a hacer épicas llamadas a la "resistencia feroz" y, gracias a la ayuda económica soviética, a "re-crear" la HISTORIA, aquella dónde se convertían en los únicos campeones de la lucha antifascista obviando aquello que, a estas alturas, es imprescindible dar visibilidad; tanto el Frente Popular antifascista como la moral del pueblo habían desaparecido de puro hastío como por ensalmo al poco de nacer.

Volviendo al hilo: no, leer esos hiperbóreos trabajos no es lo más indigesto de tratar de estudiar la historia, lo peor de esta desasosegante labor son las lecturas de lo escrito a posteriori por algunos actores de aquellos días.
La bibliografía sobre el tema está trufada de personajes que en su (lógica y natural) evolución caen en mil errores de bulto y contradicciones; el ejemplo por excelencia son las memorias de Juan García Oliver (4). En 1976, en París el historiador Antonio Elorza junto al editor José Martínez, de la editora Ruedo Ibérico se presentaron como 'simpatizantes del movimiento' (cosa muy de Elorza, que ante viejos cenetistas solía ocultar su militancia) para animarle a escribir sus recuerdos, mucho ánimo no pareció necesitar ya que, poco después (1977) les presentó un manuscrito de casi mil quinentas páginas mecanografiadas y corregidas a mano. Su caso es llamativo y ejemplificante de cierta memoria oral: tras su apuesta sin fisuras por los 'puscht' contínuos contra el Estado (la famosa "gimnasia revolucionaria") pasó a formar parte de la maquinaria burocrática del gabinete del ugetista Largo Caballero (insólito en alguien que se había pasado media vida despotricando y peleando contra el parlamentarismo) nombrado ministro de Justicia, junto Montseny, "anarquista genética" (5), Peiró y López, acabó haciendo patéticos llamados a la paz durante los sucesos de mayo y supo encontrar su bonus en México, abjurando de aquel pandemonium gubernamental pero contribuyendo notablemente a la eterna escisión en el Movimiento Libertario.

A finales de la década de los 60, varios militantes publicaron sus memorias en ZYX/Zero, Campo Abierto, Tierra Madre o la citada Ruedo Ibérico, editoriales que se encargaron de llenar los huecos que las balas y obuses ideológicos habían dejado en la historia y muchos como Oliver aprovecharon para pasar cuentas con viejos compañeros aunque no fue el único. Los viejos militantes en el exilio se vieron literalmente asediados por editores que querían explotar el boom de las memorias de los sin voz, de los olvidados del conflicto. (6)

Esto se debe al auge del anticomunismo furibundo propiciado por la guerra fría, los mismísimos Martín Villa o Manuel Fraga se desaforaban en dar altavoz a las proclamas de todo aquel que pusiera la mira en el "terror rojo". Villa mantenía relacciones con Abad de Santillán (7), fue a visitarle a Argentina y le convenció de que retornase a España, al final Don 'Sinesio' vino y sus charlas fueron usadas por los jerifaltes de Franco como propaganda anticomunista, obviando el hecho de que, ante todo, en su obra y por descontado dejaba claras sus antipatías por los totalitarismos, en especial el franquismo.

El caso extremo es el de Burnett Bolloten (8); sufrió enormes problemas para dar a la luz su libro 'The great camouflage' en castellano, en "la tierra protagonista del libro", agobiado por los problemas económicos fue engañado por su representante, hizo llegar aquí un manuscrito sin su permiso que cayó en las manos del editor falangista Luis de Caralt, éste realizó una primera edición de pésima traducción, mucha tijera y un prólogo del inefable Fraga Iribarbe, (por entonces director de Estudios políticos) plagado de tergiversaciones y lugares comunes que termina más o menos con un muy actual "¡Vete a Cuba y verás!"

La respuesta del autor no tardó en llegar, exigiendo a Caralt la retirada de los libros cosa que éste no hizo, aunque al año (1963) salió otra edición corregida y sin el infame prólogo del fascista gallego.
Aún así las dificultades de Burnett para editar le acompañaron toda la vida, vida que dedicó a este trabajo, su legado en la Hoover Institution es gigantesco, tras el fin de la II GM y la división del mundo en bloques sirvió para aprovechar el antiestalinismo (que no anticomunismo) que subyace en el libro para darle la difusión necesaria con el apoyo de lobbys y el aparato propagandístico de EEUU; comenzó entonces la competición (que tanto desagradó al autor) por comercializar el trabajo, los títulos más 'mainstream'; "La lucha de las izquierdas por el poder" así como ilustraciones de sensacionalistas portadas ajustadas a aquel período de psicosis antisoviética fueron obra de las editoriales.

Mientras el capital hacía su labor él continuó investigando y entrevistando a protagonistas, sus imprescindibles 'cuestionarios Bolloten' y sus miles de horas consultando cientos de documentos, periódicos y libros fueron llenando más y más hojas en su evolutivo libro.

Tras su muerte en 1984 G. Esenwein reeditó el texto ampliando la enorme bibliografía y completando capítulos inconclusos, trayéndonos de nuevo esta imprescindible y enciclopédica obra que se acerca ya a las mil trescientas páginas de HISTORIA supervivientes a la ñoña historiografía oficial.


BIBLIOGRAFÍA

1 - Viñas, Á. (et al) "En el combate por la Historia: La República, la Guerra Civil y el franquismo. Pasado y presente" Crítica 2012
2 - Olaya Morales, F. "Negrín, Prieto y el patrimonio español" Nossa y Jara 1996
3 - de Guzmán, E. "La muerte de la esperanza" G. del Toro 1973
4 - García Oliver, J. "El eco de los pasos" Ruedo Ibérico 1978
5 - Olaya Morales, F. "Historia del movimiento obrero español (1900-1936) P.S. Solidaridad Obrera 2007
6 - Ealham, Ch. Vivir la utopía vivir la anarquía. José Peirats y la historia del anarcosindicalismo español. Alianza2016

7- Rojas, C. Retratos antifranquistas. Planeta 1977

8- Bolloten, B. "El gran engaño" Luis de  Caralt 1962 y "La Guera Civil española. Revolución y contrarrevolución" Alianza 2014

viernes, 25 de noviembre de 2016

TINTA ROJINEGRA

Arranqué este blog con la única pretensión de dar alguna cohexión, salida o luz a una montaña de manuscritos que amenaza con echarme de mi propia casa.

La historia de los movimientos obreros tiene en España un atractivo singular e irrepetible; su masivo desconocimiento conlleva el riesgo de olvidar el concepto mismo de "clase" e incluso el de "solidaridad"; la política moderna ha optado por tender puentes entre los estratos sociales, como mucho desde la izquierda se libra una suave lucha por la debida restauración de la Memoria Histórica que, en un país plagado de calles, plazas, monumentos, pueblos con nombres y reminiscencias filo franquistas, da un poco de risa!, a nadie se le pasaría por la cabeza la existencia de una 'Fundación de Amigos de Mussolini' o unos 'Estudios Hitlerianos' pero aquí los superamos y con creces!

Esa ignorancia supina respecto al pasado de los menestrales y del, aún hoy vigente, lumpenproletariado es nuestra condena; se pignora que, a fuer de una guerra social (me niego a llamarla Guerra Civil siendo una facción los militares) contra el franquismo, se desarrollase una Revolución paralela, quizá de mayor calado incluso (*) que la soviética: aquí no se forzó desde un gobierno a crear soviets, el pueblo, con sus aciertos y errores, lo hizo; que hubo cuatro ministros anarquistas, uno de ellos una mujer, hecho cuyo único precedente es el de Kollontai en Rusia, etc, etc... todo ello son indicadores de adónde vamos en esta sociedad ganada para el Capital.

Otro hecho que me ha empujado a esta labor es ver cómo compañeros en las rrss pretenden tener un conocimiento sobre el tema leyendo (¡y elogiando!) dos o tres libros de historiadores tendenciosos cuando no terriblemente arribistas, tal es el caso del paternalista Josep Termes Ardévol, en cuyo último trabajo (1) se permite el lujo de fechar la defunción del movimiento en 1980 (!)

...El anarcosindicalismo sobrevivió a Termes y lo hará con todos ya que actua de mecha en los sentimientos humanos primigenios: la solidaridad entre iguales.
El claro ejemplo del 15M; auxilio a desahuciados, inmigrantes e indefensos, muestras de solidaridad con los presos políticos, el impulso al empoderamiento de la mujer... son todo actos que los grupos de afinidad ácratas (2) realizaban ya en la primera década del XX, todo esto nos da pistas de por dónde anda "la idea" enterrada por Termes en los 80, en fin, de Don Josep me encargaré en su momento cuando aborde su libro "Anarquismo y sindicalismo. La I Internacional" un trabajo esencial por los muchos datos que aportó en su día pero en palabras de Gómez Casas, "un trabajo totalmente inoperante"...

Pero no sólo desde el "oficialismo universitario" se trató de borrar de un plumazo el currículo cenetista, entre la propia militancia Bueso(3), García Oliver (4) y otros destilan inquina, rencor y mala conciencia a partes iguales, las descalificaciones e insultos vertidos a viejos compañeros en sus memorias dan mayor valor a las de, quienes pudiendo hacer lo mismo, optaron por contar la (su) verdad; por el contrario los textos de los que combatían o de quienes lo contaban (M. Bajatierra o A. Guerra) son de una inocencia y capacidad de transigir asombrosas que inspiran misericordia... esta divergencia tiene una lógica aplastante: en la retaguardia la NKVD estalinista y su táctica de infiltración en todos los niveles socio-político-militares hacía que la ideología de estos estuviese mucho más politizada que la de sus compañeros en las trincheras.
Divergencias amplificadas tras los mensajes contradictorios de las "cúpulas" durante los sucesos de mayo de 1937; tan desconocidos e importantes para entender el desarrollo de la guerra, que siguen sin ser aceptados como la traición a la Revolución que supusieron por muchos 'historiadores' actuales (5) y lo peor es que muchos simpatizantes han decidido hacer borrón y cuenta nueva.
A mí también me gustaría, lo haría encantado, pero necesito ver la entonación de un mea culpa de quienes se vieron sometidos o se "dejaron" someter a los dictados de Stalin y quienes colaboraron con ello.

O cuanto menos, de aquellos que, desde ese ángulo, pretendan escribir la HISTORIA hoy.


(*) Vése Borkenau, F. "El reñidero español" Ruedo Ibérico 1971


BIBLIOGRAFÍA

(1) Termes Ardévol, J. "Historia del anarquismo en España" RBA 2007

(2 )Tavera, S. Ucelay-Da Cal, E. "Grupos de afinidad, disciplina bélica y periodismo libertario, 1936-1938" en Revista de Historia Contemporánea num. 9 1993 

(3) Bueso, A. "Recuerdos de un cenetista" Ariel 1973 

(4) García Oliver, J. "El eco de los pasos" Ruédo Ibérico 1978

(5) Aguilera Povedano, M. "Los Hechos de mayo del 37, efectivos y bajas de cada bando" en Revista Hispania sept. 2013 CSIC 

lunes, 14 de noviembre de 2016

DIBUJAR LA HISTORIA

Una de las razones que hacen inevitables los desacuerdos entre las izquierdas devienen de taras adquiridas durante la II República y la guerra. Y aquí hay culpables.

La historiografía "oficial" está plagada de vicios, ocultaciones,  distorsiones intencionadas, incluso intentos de borrado de todo un movimiento libertario que llegó a ser hegemónico e inédito en el mundo.
El sindicalismo revolucionario de la CNT y su trayectoria en este período posee un atractivo singular que, a pesar de la labor de zapa por eclipsarla por parte de historiadores marxistas y burgueses, ha acabado por eclosionar (de nuevo...) entre las nuevas generaciones aupadas a las redes sociales que inundan éstas de contrinformación: revistas digitales, artículos y Pdfs de los textos relacionados.

Este 'revival' de las aspiraciones libertarias tiene un claro reflejo en el 15M, en las batallas diarias que sostentan los movimientos sociales; véanse los desahucios, defensa de los 'manteros', cajas de resistencia o comités pro-presos... todo ello parte de las luchas que CNT y antes Solidaridad Obrera, llevaban a cabo en Cataluña a principios del XX, tema tratado con profundidad y estilo impecables por Chris Ealham (*) que, con un exahustivo uso de todo tipo de fuentes, apuesta por LA CIUDAD como protagonista primaria y a menudo olvidada...

Un ángulo diferente es el usado por Josep Pimentel en cuyo libro "Voces críticas ilustradas" analiza cuantitativa y cualitativamente la evolución de las aspiraciones y frustraciones del proletariado español a través de las "plumillas" de la Soli, cáusticas viñetas que resumían en pocos y magistrales trazos toda una postura social.

Con un excelente prólogo cuasi literario de Xavier Diez, que apuesta sin fisuras por lo que se avecina, Josep nos sumerge en los tiempos del primer bienio republicano, pero desde el prisma de obreros y campesinos desesperados y escépticos de unos gobernantes delicuescentes cuya tarea real dejaba en ridículo las promesas que les llevaron al poder en volandas, poder conseguido (en gran parte) gracias al mensaje cenetista de romper con su axioma de la abstención; a cambio el pueblo obtuvo más de lo mismo: una 'Ley de Defensa de la República" hecha 'ad hoc' contra los sindicatos, los jurados mixtos que inhabilitaba los esfuerzos de la CNT, el pisoteo constante de la Libertad de Imprenta, la represión brutal (Casas Viejas, Castilblanco, Arnedo, Parque de Maria Luisa...), el hambre secular española o la situación política catalana, todo ello está en esas viñetas, cuidadosamente estudiado y analizado incluyendo inéditos gráficos de porcentajes y  temática.

El principal beneficio de este ensayo es doble: al neófito le servirá para apuntalar sus conocimientos y (quién sabe...) tal vez su conciencia de clase y al erudito para obtener un vistazo lateral al movimiento obrero español y puesta en valor de los BOY, Grapa, Niu, Romero y tantos magníficos artistas generalmente desconocidos incluso para los supuestos especialistas.

Bienvenido sea, pues, este trabajo, esta variante que nos saca de la rutina historiográfica habitual, generalmente mal documentada, calladamente proselitista, parcial y tendenciosa de los historiadores 'oficiales', esperemos que cunda el ejemplo; sé que el autor está trabajando en el segundo volumen (1934-1936) que, conociendo los sucesos, promete.
Con textos así de libres todos los estudiosos ganaremos.

Que ya es mucho.

(*) Chris Ealham, La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto.
2005

Josep Pimentel Clavijo, "Voces críticas ilustradas" Centre d'estudis llibertaris Federica Montseny
▶  http://centredestudisfedericamontseny.blogspot.com.es/2016/11/novedad-editorial-barricada-una.html?m=1